Abro la aplicación de red social X para distraer la mente, pensar en otras cosas, enterarme de cosas que están pasando en el mundo, leer opiniones variadas, diversas, cuando en una de esas, me topo con un retweet llamando a la reflexión sobre cómo debería proceder un político en una situación de inestabilidad general, de aceptar con hidalguía que hay un problema y tomar la dificil decisión de dar un paso al costado, apartarse de lo que hasta ahora significaba su vida, es decir su carrera política habiendo llegado tan lejos mediante puestos de poder importantes. La curiosidad fue tal que animé a leer el comunicado oficial de Iñigo Errejón, diputado y portavoz del grupo parlamentario español Sumar que corresponde a la coalición electoral del mismo nombre. Era claro que alguna moraleja podría aprender.
El comunicado se reviste de forma pretenciosa con palabras y frases muy bien pensadas para informar que se retiraba de la política, que estaba abrumado, sobrepasado, que había descuidado muchas cosas, que le había afectado negativamente a su vida personal y que ya no estaba dispuesto a seguir de esa manera razón por la cual deja todo, se aparta de la política que hasta ese momento era todo para lo cual había trabajado. Se podía entender lo que estaba pasando, aunque los motivos eran generales, sin detalles, había coherencia he invitaba a reflexionar sobre los costes de ser un político, entregado al partido, las reuniones, las asambleas, la gente, los proyectos y demás deberes partidarios descuidando la propia vida, la estabilidad emocional, el crecimiento espiritual. Me estaba quedando con esa lectura, una reflexión interesante pero un tanto sospechosa porque no es común, diría hasta imposible, que en medio del éxito de la carrera política un político renuncie a la política, como que no es el perfil psicológico del político promedio. Algo faltaba, algo estaba ocasionando ese poco convencimiento. Me quedé pensativo.
Vaya, vaya, vaya, repetía en mi mente. Iñigo Errejón había sido denunciado por muchas mujeres de acoso machista, de acoso sexual, el problema había escalado y se habría salido de control, esta sería la razón de fondo para dimitir en el parlamento y apartarse de la política. Lo siento,a pesar de tratarse de un tema tan delicado como es la agresión sexual hacia la mujer en una sociedad machista, pido licencia para soltar una pequeña carcajada por haberme creído todo el cuento del comunicado sin tener la información del contexto, leyendo noticias y viendo algunos videos sobre el tema estaba confirmando que ese comunicado estaba intentando cubrir las razones reales de su salida de la política y que a la luz de los hechos no había funcionado. El comunicado trataba de mostrar lo mal que la estaba pasando, victimizarse, cuando mas bien era el agresor, desconociendo a las verdaderas víctimas que estaban consiguiendo cierta justicia al ver cómo cae un hombre poderoso, en este caso un político, por las denuncias hechas. Se trataba de un escándalo, no se podía creer, una verdadera sorpresa que el portavoz de Sumar, una coalición de Izquierda, progresista, que defiende he impulsa propuestas feministas sea precisamente un agresor machista poniendo sobre la mesa la discusión sobre el feminismo y la política partidaria, además de otros temas relacionados.
Opiniones como "Se va una figura notable, una promesa, un político brillante" abundan en las redes, otros, como personalidades y portavoces de partidos de izquierda callan mientras muchos de derecha usan las denuncias para liquidar polítícamente al adversario y al bloque progresista en general. Lo anterior no es lo más importante, pues se está tratando de tapar el sol con un dedo, desenfocar el problema, pues lo que realmente es importante son las denuncias de violencia, la impunidad, las malas practicas del uso del poder en las altas esferas de la política, la hipocresía, el oportunismo, pues todas esas opiniones no hacen mas que silenciar y cuestionar a las víctimas, evitan tratar el problema real, concreto, de fondo. La política tiene unos componentes éticos, principios para poder practicar, funcionar y en tanto no se respeten, sea que se trate de un partido de izquierda, centro o derecha es deber de todo militante, ciudadano exigir y denunciar.
He leído muchos comentarios cuestionando y hasta condenando la demora de las denuncias por parte de las víctimas y me quedo con lo siguiente, que el silencio es circunstancial, depende, porque callar puede significar también un acto de valentía, de creer, acompañar y esperar que existan condiciones para exigir justicia. Sin embargo, si se sabe que existen pruebas, además, el agresor ha reconocido la agresión y luego se hacen comunicados que tratan de desviar el tema de violencia o simplemente no lo hacen, entonces esto nos convierte en cómplices.
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